domingo, 16 de noviembre de 2008

LOS DIAMANTES DE LA COCINA

La temporada de trufas blancas arrancó y con ella Le Gourmet, con un emisario especialmente enviado para tal fin, este jueves 13 empezó en Venezuela la temporada de trufas blancas de Alba y de qué manera!

Como cazadores ansiosos estuvimos el miércoles esperando la entrada de Ettore Perin quien venía esa noche en vuelo directo desde el viejo continente con semejante tesoro. Esa noche no fue posible, pero al día siguiente la cita era obligatoria a la hora de almorzar.

Por cierto, que impresionante es ese lugar con la luz del sol, los colores que se aprecian son asombrosos, las flores y la decoración ya preparaban el ambiente perfecto para esa celebración.

La pasta perfectamente seleccionada por Tomás para ser el vehículo indicado de la protagonista de la tarde, el menú bien atrevido me pareció en un principio, pero resulta que según nos explica el chef, la trufa la degustan en Italia también con langosta y mejillones, algo totalmente desconocido para mí.

Desde que salió de la cocina, venía en un carrito manejado por Agustín Bellorín, un poco nervioso como un adolescente que toma el volante por primera vez. El perfume de esas trufas, es algo inolvidable, el ambiente en su totalidad se cubría de él. Esta temporada fue mucho mejor que la anterior, claro que jamás están mal, pero el año pasado inclusive en Italia no fueron tan suculentas como este año, al parecer debido a la poca lluvia.


Algo que pienso debo decir es que lo que buscas en ellas es el aroma, el sentido más beneficiado es en este caso el olfato, en boca son ricas, pero jamás podrás encontrar lo que recibes en nariz. Otra cosa, ponerles aceite tartufado, sería una grosería pues ese químico que es divino, sería una invasión impermisible en el plato. El aceite mejor lo dejamos para otra ocasión.

Empezamos con unos huevos o como diría Bellorín la “postura de gallina”, uno frito de codorniz, un revuelto mínimo y uno de gallina Poché, trufa rayada sobre ellos, inmejorable. Bellorín con sus guantes blancos y toda la parafernalia, fueron previamente pesadas en mesa para conocer su valor, luego le limpian la tierra con una brocha pequeñita y a rayarla, a veces, muy pocas veces hace falta un toque de formalidad.

La pasta, es sin duda estrella con ese producto tan generoso que nos entrega la tierra, en mi opinión nada mejor que con esa pasta y ese tipo previamente seleccionado por Tomás.

El Barolo seleccionado y recomendado por Gustavo García, sommelier del lugar, fue extraordinario, los aromas a tierra húmeda y otros que no descubrí muy bien te hacían como una prolongación entre el plato probado y el vino, era como una extensión, como una continuidad perfecta, para no utilizar el término armonía, que si la era en realidad.

Simplemente es maravilloso que en nuestro país sucedan estas cosas, tener acceso directo a esos productos aquí en Venezuela es algo extraordinario, y eso se debe al gran esfuerzo que hace el equipo de ese restaurant, y por supuesto al Sr. Elías Abilahoud quien un verdadero mecenas, protector y patrocinador de la gastronomía y los buenos vinos en nuestro país.

Este festival estará hasta agotarse la limitada existencia en el restaurant Le Gourmet ubicado en el hotel Tamanaco así que si quieren vivir está experiencia no duden en llamar y hacer su reservación.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En esta temporada vuelven a tener trufas en Le Gourmet? y cuando empieza?