CATA BAR

Otro sitio nuevo de la Isla, fuimos por recomendación de Ángela (una chama que trabaja en la tienda Tarbay del Sambil) y por Ana Sofía Tarbay, quienes nos dijeron que era de lo mejor que había en Margarita.

El Restaurant está ubicado en Pampatar, es de lo más bonito, el lounge que está en la parte de atrás es bellísimo y los fines de semana luego de cierta hora se pone full y es una muy buena opción para rumbear.

Aunque lo primero que pase por la mente es que es un sitio especializado en vinos gracias al nombre, no es así, pero si tienen una muy buena carta y están super bien conservados y a la temperatura ideal ya que los tienen en una cava refrigerados, algo que pocas veces pasa en Margarita.

La carta es espectacular, llena de productos importados y con elaboraciones bastante interesantes que llaman la atención de cualquier sibarita.

Su Chef, Gino, a quien casualmente ya habíamos conocido el año anterior en otro restaurant que tenía en el Centro Comercial Bayside fue super agradable y nos mandó unos platos imprsionantes.

Cangrejo de Alaska con disferentes salsa, una de queso otra era como una mayonesa de especias, reducción balsámica etc, este plato nos impresionó nunca pensamos que ibamos a conseguir este producto en Margarita, es que creo que debe ser el único sitio que lo tiene.

Luego comimos unas miñonetas de vieras japonesas mundiales, la vieira estaba en su punto perfecto de cocción. También ordenamos un paté de foie gras con reducción de oporto, el cual estuvo divinisimo, no era empalagoso como suele suceder en muchos lugares.

Para finalizar pedimos un tournedor rossini acompañado de un puré de papas con auyama para compartir, que de igual manera fue alucinante.

De postre el muchacho que nos estaba atendiendo nos recomendó las lumpias rellenas de chocolate con dulce de leche que estaban buenísimas y eso que yo soy cero chocolate y casi nunca como postre.

El servicio en este local es perfecto, los mesoneros son super atentos y muy educados. Creo que en general Margarita se está poniendo las pilas, porque en casi todos los lugares que visitamos la atención fue impresionante.