viernes, 24 de octubre de 2008

Gracias a mi amiga de infancia Daniela Gómez en días pasados tuvimos la oportunidad de asistir a Le Petit Bistrot de Jacques, un lugar que era muy visitado por nosotros hace ya algún tiempo y lamentablemente no tan frecuentado ahora únicamente como consecuencia de la dificultad que suele presentarnos el tráfico agobiante para quienes vivimos del otro lado de la ciudad.
En esta oportunidad, la cita tuvo como motivo central la convocatoria de Tamayo a un evento del Club Veuve Clicquot, la presentación y organización del evento estuvo a cargo de Alexandra Lizardo gerente de marcas de Tamayo.

Por su parte la dirección de la cata estuvo a cargo del Profesor Soria, quien muy sinceramente mostró no sólo un manejo impecable del tema sino que sus habilidades lo llevaron un poco más allá de la simple presentación de los vinos seleccionados, fue amena, divertida y muy didáctica. No se limitó el aporte del Profesor Soria a los vinos a ser catados esa noche, sino que introdujo comentarios bien interesantes, como quizás cierta ironía con quienes al presentar un vino o dirigir una cata, se enfocan en aromas y sabores como “tiene muchísima madera”, lo cual resulta un defecto y no una virtud de un vino, o tiene aromas a sotobosque que cada día existen menos en el mundo y seguramente ninguno de nosotros hemos olfateado, o cuero mojado, pero cual cuero, cuero de quien? O silla de caballo sudada?



Definitivamente, siempre concluimos después de escuchar a quienes son capaces de hacer tan simple este tema, que el buen vino claramente es el que nos gusta, el que nos parece delicioso, sabroso y rico de tomar, en contradicción a todo aquello que se nos presenta tan rígido y tortuoso.

La comida estuvo muy bien armonizada con los vinos, para comenzar una vieira con mantequilla trufada, armonizada con un tabalí reserva chardonay, excelente armonía y super recomendable este vino.



Posteriormente un par de finas lonjas de pez espada marinado a la pimienta verde y armonizado con un Sideral vino Chileno de Bodegas Altair, ambos excepcionales, Sideral deberíamos dejarlo en mi opinión un poco de tiempo en un decantador con buena exposición a la oxigenación antes de probarlo y es sensacional. La armonía no me encantó, de hecho no la recomendaría en mi muy modesta opinión, pero ambos por separados estuvieron muy bien.


Posteriormente una codornice rellena de foie gras sobre un risotto de portobello, la cual estuvo acompañada por un Valduero Reserva 2000. El plato estuvo muy bueno en sabor de verdad que fue excelente, además que es algo que no suelen ofrecer frecuentemente.


Un postre perfecto terrine de mango a la parchita y salsa de chocolate, terminó con broche de oro acompañado de Vueve Cliqout Demi Sec, ocasión perfecta para luego proseguir con una muy simpática rifa donde casi todos ganamos productos que representa Tamayo, de hecho lo reseño como un gesto esplendido.



Un evento perfectamente organizado por Alexandra Lizardo Gerente de Marcas de Tamayo y quien se desempeña en su cargo de manera extraordinaria, ya que logra un acercamiento perfecto entre sus productos, sus etiquetas y los consumidores. Por su parte la cata fue inmejorablemente dirigida por el Profesor Soria y ese aspecto conjuntamente con la cena merecen algo digno de destacar.

Los vinos Valduero Reserva 2000 y Sideral, están listos para tomar, más el primero a mi gusto que el segundo, pero pienso que ambos debemos tenerlos muy presentes en cualquier ocasión, y sin duda continuarán mejorando en los próximos años.

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