viernes, 15 de junio de 2007

ALIMENTOS NOCIVOS QUE ACABAN SIENDO BUENOS

Los huevos, el café, el cacao y los frutos secos , antes proscritos de la dieta, recuperan su valor como elementos básicos en un menú saludable. Previenen e, incluso, combaten males como la depresión, el cáncer o el alzheimer.
Elimine de su mente la idea de que comer chocolate provoca caries o es el responsable del acné. No se crea que tiene que contar cuidadosamente los huevos que consume porque, de lo contrario, se le disparará el colesterol. Tampoco se prive de aliñar sus ensaladas con aceite de oliva y nueces o de picotear avellanas.

Éstos y otros ejemplos, como el café, forman parte de un grupo de alimentos que hasta hace pocos años estaban proscritos de la dieta por sus supuestos perjuicios para la salud. Hoy día, y avalados por investigaciones científicas rigurosas, cada uno de estos productos está recuperado progresivamente su lugar en la pirámide alimenticia, que cada vez es más variada.

Algunos de ellos, como el aceite de oliva o el huevo, incluso están catalogados como auténticos tesoros culinarios y se perfilan como ingredientes imprescindibles en una dieta saludable y equilibrada.

HUEVOS
El huevo es quizá el más vivo ejemplo de cómo un alimento está recuperando su fama gracias a la ciencia. En los últimos tiempos, varios estudios se han encargado de desmontar cada una de las falsas creencias que se cernían en torno a él y que, sin embargo, siguen persistiendo entre buena parte de la población.
Este producto es una pequeña joya porque tiene vitaminas, minerales, ácido fólico, lecitina, zeaxantina y luteína (estos dos últimos elementos son imprescindibles para cuidar la salud ocular), es fácil de digerir (excepto si se toma crudo), es versátil en la cocina, muy barato y gusta a casi todo el mundo.

El desprestigio de este alimento se basó, en el alto nivel de colesterol que se encuentra en la yema. Se pensaba que esta circunstancia estaba directamente relacionada con el aumento del lípido 'maldito' en el plasma sanguíneo y con la consiguiente aparición de enfermedades cardiovasculares.

Sin embargo, el hecho de que un producto tenga colesterol no es definitivo, ya que dicho elemento necesita de la presencia de grasas saturadas que hagan de vehículo de transporte para metabolizarse y llegar a acumularse en la pared de las arterias coronarias. Hay muchos alimentos que contienen colesterol y, además, grasas saturadas; pero el huevo no es uno de ellos.

Un trabajo publicado hace un par de años en 'The Journal of the American College of Nutrition', cuyos seguimiento a medio plazo fue presentada recientemente en la reunión anual de Biología Experimental 2007, celebrada en Washington (EEUU) puso de manifiesto que desayunar uno o dos huevos diarios (cocidos, revueltos o en tortilla) promueve el adelgazamiento.

Los motivos son dos, fundamentalmente. En primer lugar, se trata de un alimento poco calórico (una unidad de tamaño medio tiene entre 70 y 80 calorías) y, en segundo, provoca mayor saciedad y, en consecuencia, menos apetito que otros alimentos propios de la primera comida del día, como las galletas, los cereales o el pan.

En definitiva, desterrar el huevo de la dieta es un rotundo error. Y como dice el comercial, "No coma cuentos, coma huevos!!!"

CACAO
El chocolate es otro de los productos que ha tenido que cargar con la mentira de ser perjudicial para la salud.

Numerosos trabajos han concluido que, además de ser un antidepresivo muy sabroso, su contenido en flavonoides (antioxidantes) repercute beneficiosamente en la salud coronaria al impedir que el colesterol obstruya el flujo sanguíneo.

Por su parte, la revista 'Hypertensión' publicó hace un par de años otra cualidad del cacao que también supone una ventaja y que no es otra que su efecto reductor de la presión arterial (unos de los principales factores de riesgo cardiaco).

Por otro lado, se ha desechado por completo la idea de que el chocolate provoca caries (se funde rápidamente en la boca y no entra en contacto prolongado con el esmalte dental), que es el causante del acné (un trastorno provocado por condicionantes hormonales, no dietéticos) o que provoca adicción.

Eso sí, para sacarle todo el provecho terapéutico a este manjar hay que consumirlo en cantidades moderadas -una o dos porciones diarias es más que suficiente- porque es muy calórico y favorece el aumento de peso. Asimismo, hay que optar por las variedades más puras (chocolate negro), ya que son las que contienen mayor cantidad de polifenoles (antioxidantes).

CAFÉ

Miles de pacientes en todo el mundo han tenido prohibido el café por una u otra patología, principalmente por el efecto estimulante de la cafeína y del riesgo que implicaba, supuestamente, para la tensión arterial. Diferentes investigaciones han demostrado que la relación entre este ingrediente y la subida de las cifras de tensión no es tan estrecha como se pensaba y que ingerir entre tres y cinco tazas diarias (según la variedad del grano, el tueste y la manera de prepararlo) no tiene riesgo y, además, puede suponer algún beneficio.

Existen evidencias preliminares de que la cafeína puede jugar un papel importante a la hora de prevenir o frenar patologías neurodegenerativas como el Parkinson o el Alzheimer. También ejerce un efecto antimicrobiano que elimina las bacterias que habitan en la boca y que dan origen a las caries dentales.

Más sólidos son los datos que apuntan que el café puede reducir la incidencia de tumores como el de hígado, el de colon y el de recto. Asimismo, esta infusión, que también tiene un efecto positivo sobre el estado de ánimo, ayuda a prevenir los cálculos biliares y renales.
Sin embargo, no existe tanto acuerdo científico a la hora de determinar la relación entre el café y el aborto y el parto prematuro. Aunque no existen evidencias lo suficientemente sólidas como para desaconsejarlo durante la gestación, numerosos especialistas prefieren dejarlo de lado en el embarazo.

FRUTOS SECOS
Gracias a los hallazgos científicos más recientes, los frutos secos van a volver a ocupar un lugar de honor en la despensa de los consumidores.

El contenido en grasas monoinsaturadas es el responsable de que las nueces o las avellanas beneficien claramente la salud cardiovascular, ya que elevan el colesterol bueno (HDL), disminuyen el 'malo' (LDL) y ayudan a mantener a raya la presión arterial.

Por si esto fuera poco, tampoco engordan tanto como se pensaba, aunque es cierto que son muy energéticas. El motivo es que contienen gran cantidad de fibra. Este elemento no sólo produce un efecto saciante que quita el hambre. Además, mejora notablemente el tránsito intestinal y evita el estreñimiento, otra circunstancia asociada al exceso de peso.

Muchos especialistas ya recomiendan la inclusión en la dieta de una ración diaria de frutos secos, siempre y cuando este hábito no se convierta en una manera de agregar calorías extra a las que se toman habitualmente.

Un buen truco para lograr este objetivo es diversificar la manera de tomarlos (mezclados con yogur, en ensaladas...) para que el consumo no repercuta en la ganancia de peso.
En conlcusión, los mitos sobre los peligros que encierran ciertos alimentos van cayendo uno tras otro. Los especialistas en nutrición están realizando una ardua tarea para acabar con la clasificación tradicional (simplista e incorrecta) de alimentos buenos y malos, sobre todo teniendo en cuenta que muchos de los productos más denostados hasta hace pocos años han demostrado, en investigaciones, que no sólo no provocan perjuicios si no que, además, tienen efectos beneficiosos claros.

El secreto de estos productos no es otro que consumirlos con mesura y dentro de una dieta equilibrada que, además, debería complementarse con algo de ejercicio y actividad física.

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